Psicofonías
Todos aquellos que se adentran por primera vez en un encuentro de estas características y mucho más los que exponen en él ante la mirada juiciosa del resto, suelen sufrir desde hace tiempo psicofonías en su vida con frases del tipo «¿caeré bien?», «¿será interesante lo que cuente?», «¿y si me equivoco y le digo que soy una incondicional de su blog y le pregunto por su hijo y me responde que tiene 4 niñas?», «¿qué me pongo?». Emoción, intriga, dolor de barriga…ya lo aventuraba el nombre del lugar del evento, El Matadero, cuidado con esta tortura que pisa fuerte y la sensación se puede ir haciendo más punzante con el pasar de los días.
Frikerizos’ version: almas de cántaro, aquí vamos a pasarlo bien, no se va a matar a nadie, si no ¿qué ganas son na más que de sufrir y de sufrir? A quien no le guste pues como con el blog, que no lea y punto pelota.
FENÓMENO 3: La sombra del armario
Desde que se anunciara el evento, este fenómeno cayó como jarro de agua fría y es, por supuesto, el más misterioso de todos. No pasa día en que no se comente en las redes sociales qué modelito llevará una, si la otra se cambiará porque sudará como un pollo, si el juanete con la cara de Belmez del pie de la de más allá no le dejará ponerse el tacón y un sin fin de combinaciones de lo más intrigantes. Todo ello, con el fin de sonsacar qué tipo de atuendo se ha de llevar para poder quedarse tranquilas y no sufrir psicofonías, o al contrario, correr a comprar algo antes de que la cabeza empiece a dar vueltas. El tiempo que estamos sufriendo últimamente juega en contra de este fenómeno, cuidado no tengan que cambiar la «rebequita» (qué poco me gusta este apodo, ¿por qué será?) por el abrigo de visón.
Frikerizos’ version: estamos a la espera de poder saber si contaremos con canguro para poder ir juntos y meternos en nuestro traje de Princesa Leia y Han Solo para no defraudar. De lo contrario, me tocará ir sola y os seré muy sincera cuando digo que no tengo ni p… idea de lo que me pondré, soy muy procastinadora y probablemente me pase como a Fina en su primera historia endorfinada.
FENÓMENO 4: El regalo blogueril
Amigos, este último fenómeno que hemos analizado es uno de los que más puede sorprender si eres primerizo en estos eventos, se trata de los regalos. Haciendo estudio de campo, encontramos que las tarjetas de visita es lo que más ha calado como bien de intercambio entre los seres que participan, a partir de ahí uno puede pensar en todo: chapas, espejos, libretas, pegatinas… Si eres de los que no llevan nada, esperamos que no aparezca el fantasma de este fenómeno a modo de psicofonía y acabes llevando cualquier cosa que encuentres, relájate y recoge todos los regalos del resto y dí que los tuyos ya te los has ventilado (muahahahahaaaa).
Frikerizos’ version: ya le he dicho al padre que si no viene le pongo en la entrada del Matadero con la guacheja a vender como en los estadios de fútbol, camisetas, bufandas, llaveros, botellas de agua con pegatina del evento y todo tipo de recordatorios que las locas que asistimos recogeremos como si no hubiera mañana, además de bocadillos a tutiplén que fijo que con tanto GT alguna pilla.
Acaba Mystic River en La Primera. Digo: qué peliculón y pienso que tengo que ir al ordenador a terminar algo. Pero antes me doy un paseo por las otras cadenas. Llego a Cuatro y me topo con un plano medio de Iker Jiménez escrutando los folios que tiene en la mesa. Está callado, música tenebrosa, pienso que quizá se haya muerto y han decidido emitirlo. Entonces, de pronto, se mueve. Levanta la cabeza —se está quedando calvo, pienso, y está echando papada—, y mira a cámara. Me mira. Y me informa de que, de un tiempo a esta parte, las manzanas saben raro. No saben como antaño. Le gusta esa palabra. Antaño. No la dice, la mastica. Antaño, antaño, antaño.
Iker me dice que los plátanos también saben raro. De las ciruelas ni hablamos. Todo sabe raro, dice, y seguro que lo has notado. No veo dónde quiere llegar. Entonces levanta una ceja y me lo aclara. A continuación, en la nave del misterio, trataremos el tema de los transgénicos.
Mientras me pregunto qué tienen los transgénicos de misterioso o sobrenatural, Iker anuncia un estupendo debate en el que habrá —algo aparentemente inaudito en Cuarto Milenio— dos científicos. También, dice, tendremos con nosotros a «dos amigos» muy conocidos en el programa. Pero antes, echemos un ojo a un interesante documento.
Entra un vídeo con planos de gorrinos evidentemente yanquis. No es que reconozca la procedencia de un cerdo con solo mirarlo, pero es evidente que esos granjeros no son de Castilla. El realizador ha decidido poner a las imágenes ese filtro marrón con textura acartonada que ponen siempre en Cuarto Milenio, como para que las cosas den miedo. Música inquietante. Gorrinos del terror.
Sobre las imágenes de los cerdos, una voz muy engolada me dice que Internet está llena de artículos que hablan del peligro de los transgénicos. Dice que una vez una rata se quedó ciega por culpa de un transgénico. Habla de Monsanto. Y de cáncer, por supuesto.
Luego, volvemos al plató. Sigue la música inquietante. Iker me mira y me presenta a los contertulios. Conozco a uno de ellos. Personalmente, digo. Está en el lado de los científicos, no en el de los «amigos». Es José Miguel Mulet, doctor en bioquímica y biología molecular. Le he visto en varias conferencias y hemos coincidido en alguna que otra cena. Sabe un montón de transgénicos. A su lado hay un profe de la Complutense. Los dos amigos de Iker no son doctores en nada. Ni falta que hace. Uno de ellos es un colaborador habitual del programa, ni idea de cómo se llama, pero alguna vez le he visto grabando psicofonías por YouTube. Parece un tío simpático, muy sonriente. El otro no me suena, pero tiene cara de mala leche y dice ser muy ecologista. Lo dice en seguida, en cuanto le presentan dice yo muy ecologista o algo así.
Empieza el debate. Los doctores sostienen que los transgénicos están sometidos a unos controles extraordinariamente estrictos. Eso, dicen, los hace mucho más seguros que los productos ecológicos. Mulet saca a colación la crisis del pepino. El Tío Muy Ecologista se indigna. Dice que nada de eso es verdad y que él ha leído muchísimas páginas de Internet donde se dice claramente que los transgénicos son malos. Malísimos. Habla de patentes, monopolios, cáncer y ceguera. La mejor vacuna, dice literalmente, son los melones de Villaconejos.
El debate se calienta. Mulet dice que para los medios es más rentable inventarse peligros que hacer pedagogía. Espero que el realizador me dé un plano de Iker, pero no lo hace. Sigue la música inquietante. El de las psicofonías sonríe tímido, apenas habla. Juraría que no quiere estar ahí. Parecer querer irse a su casa y que le abrace su madre. Parece a punto de decir me vais a perdonar, pero lo mío son los fantasmas, no los transgénicos.
Iker pone fin al debate dando la última palabra a los dos doctores. Ellos insisten en la seguridad de los transgénicos e invitan a los espectadores a informarse por sus propios medios y a ser críticos. El volumen de la musiquilla misteriosa sube un poco e Iker promete que habrá más debates como este, entre científicos y defensores de los melones de Villaconejos. Luego, comenta no sé qué sobre los peligros de la ouija.
Para terminar, les dejamos con muchos de los testimonios que hemos podido leer en los medios estos días para que vean que el estudio está basado en hechos reales y que aquí, en cuarto frikenio no nos inventamos nada. Si alguien sufre en silencio y nos quiere mandar su testimonio, no dude en escribirnos y la enlazaremos gustosamente.
La próxima semana en Cuarto Frikenio se debatirá el sindrome de los hijos de puta barata de youtube y sus anuncios de los cojones de alambre….
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