Lo repetimos muchas veces y no pasa nada: España tiene más políticos viviendo del Estado que Francia, Alemania e Inglaterra juntos. Entre políticos, funcionarios enchufados y contratados a dedo y los adictos a los subsidios protegidos por los partidos, España está obligada a mantener el mayor depósito de parásitos y zánganos del planeta. No tienen otros «méritos» que ser amigos de los políticos con poder o disponer de un valioso «carné de partido», un documento que en España tiene más valor que cualquier doctorado universitario. Ese enjambre de zánganos y ordeñadores del Estado representan una injusticia monstruosa, imposible de financiar.
España, además de soportar a demasiados maleantes con poder acostumbrados a saquear la nación, tiene que mantener también a legiones de parásitos en un Estado enfermo de obesidad mórbida por culpa de sus malditos e ineptos políticos, agrupados en una de las peores clases políticas del mundo.
Ves…
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