De todas las instituciones y chiringuitos creados por los políticos en la falsa democracia española, ninguno es tan indecente, engañoso y corrupto como el del Defensor del Pueblo. Cualquier política de regeneración en España debe colocar la reforma del Defensor del Pueblo en primera línea porque es una institución llena de carencias, engaños, trucos y traiciones al pueblo y a la democracia.
Esa figura está cargada de descaro y constituye una provocación del sistema que en cualquier país de Europa seria intolerable. Creados para defender a los ciudadanos de los políticos, dependen, sorprendentemente, de los políticos, que son los que lo eligen y controlan. Los defensores del pueblo son fantoches creados para engañar a los ciudadanos, que en lugar de defender al ciudadano contra los abusos de los políticos y sus partidos, defienden a la clase política de…
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