Me contaron los abuelos que hace tiempo,
navegaba en el cesar una piragua,
que partía del Banco al viejo puerto
a las playas de amor en Chimichagua.
Capoteando el vendaval se estremecía
e impasible desafiaba la tormenta,
y un ejército de estrellas la seguía
tachonándola de luz y de leyenda.
La piragua, la piragua…
Doce bogas con la piel color majagua
entre ellos el terrible Pedro Albundia,
que a los golpes el remo le arrancaba
un melódico crujir de hermosa cumbia.
Doce sombras, ahora viejas ya no reman,
no se escuchan maderales en el agua,
solo rondan los recuerdos en la arena
donde ya se había olvidado la piragua.
Era la piragua de Guillermo Cubillos,
era la piragua, era la piragua.
En un alarde remero, Dolores Vargas, ya emulando la debacle económica-social de décadas posteriores, remaba a contracorriente intentando escapar de la vorágine neoliberal posterior…
In a rowing boast, Dolores Vargas, already emulating the economic-social debacle of later decades, rowed against the current trying to escape the neoliberal vortex later …